En la calle Tomás de Ibarra se encuentra este precioso café, que recrea a la perfección el ambiente modernista de finales del siglo XIX. Tenía muchas ganas de conocerlo porque había leído críticas muy favorables por internet donde dicen que te transportas a los cafés literarios de París del Art Nouveau. También tenía curiosidad ya que me habían invitado a probar su desayunos por correo electrónico (aquí tengo que decir que siempre que me invitan a un desayuno acudo, pero de incógnito!, soy como los inspectores de las estrellas Michelín de los desayunos de Sevilla, jajajajaja!! siempre voy en el anonimato, porque en caso contrario la reseña nunca podría ser igual. Pero me encanta que me inviten, porque así conozco sitios nuevos)
Acudí una vez con un carrito de mi bebé, y tengo que deciros que me tuve que volver, porque el acceso no está adaptado para minusválidos.
Por fin he podido ir, y os adelanto que es una interesante opción si estáis por el centro.
Y nada más subir las escaleras para acceder al bar se ve lo siguiente:
Pido una tostada entera de pan de rombo, parecido al pan prieto, con mantequilla (pascual) y mermelada de fresa y un café con leche (rico) Imperiale: 2,60 €.
Otras alternativas para desayunar:
El local por dentro está muy cuidado, es muy bonito y agradable:
Abierto todos los días de la semana desde las 8 de la mañana
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